30.11.05

Algo no funciona bien

Terrible. Vergonzoso. Atroz. Horroroso. Repulsivo. Monstruoso… Aún podría seguir adjetivando pero me terminarían por faltar las palabras. Personalmente me ha espeluznado el asesinato de los joyeros de Castelldefels, pero aún me horroriza más saber que los atracadores y asesinos tenían un largo expediente judicial, policial y penal. Ante hechos como este, hemos de plantearnos que algo no funciona en nuestro sistema penitenciario. Sea cual sea la intención de este sistema.
Si se trata de un sistema que busca la reinserción del delincuente, este suceso es un clarísimo ejemplo de que las cárceles no funcionan como debieran. No es de recibo que alguien que ha pasado doce años en el talego, vuelva por sus fueros atracando, robando, asesinando o violando. ¿En todo este tiempo nadie fue capaz de inculcarle valores de ciudadanía? ¿No se ha podido reinsertar al sujeto? ¿Para qué, entonces, los ingentes presupuestos en psicólogos, asistentes sociales, educadores y demás personal (voluntario o remunerado) que cada tarde, al caer el sol, sale de cárcel con la conciencia presuntamente tranquila después de una jornada de deber cumplido? ¿Es que nadie de los que le trataron durante los 12 años que el asesino pasó entre rejas va a dimitir de sus cargos o siquiera admitir su error? ¿Van a poder dormir esta noche y las siguientes sin que les concoma la conciencia? ¿Serán capaces de ir una tarde a merendar con sus familias a una cafeteria que haya enfrente de cualquier joyería sin ni siquiera bajar la mirada como gesto de vergüenza?

Si, por otra parte, el sistema penitenciario español estuviera basado únicamente en la punición, no podemos soslayar que el fín último de todo castigo es el cambio del comportamiento del castigado. No es necesario decir que en este caso (como en tantos otros) el castigo aplicado por los delitos anteriores no ha cumplido su primigenio objetivo. ¿Van a presentarse, cariaacontecidos, los legisladores, abogados, procuradores magistrados y demás responsables ante los parientes, vecinos y amigos de la familia Royo? ¿Nadie va a entonar un mea culpa, aunque sea en media voz?
Por supuesto, nadie dimitirá.
Mañana, intentaremos hacer por sonreir.
Nepión

29.11.05

Hospitales mágicos

Cada vez que una señora entra en un sanatorio para desembarazarse de su estado de preñez, no solamente sale, al cabo de los días, cargada con un retoño (o más, que los multipartos cada dia son más frecuentes, por eso, supongo, de los tratamientos de fertilidad). Ella que llegó apurando el tiempo, cargada de prisas, contracciones y “bolsa de hospital”: los pañales para el neonato, camisones, zapatillas, patucos, chupetes, etc., al llegar el día de la salida necesita de una furgoneta para llevar a casa cuantas pertenencias había en la habitación: Ramos y centros de flores como para adornar el altar mayor en la fiesta de la Patrona. Una maleta mediana cargada de pijamitas, patucos, ombligueros, juegos de gorro y manoplas, bodies, y guardapañales. Seis bolsas de diverso tamaño llenas de osos, tortugas, conejos, caimanes, perros, caballos, más osos, unicornios, ratones, patos, todavía más osos, gatos, vacas, mariquitas, tigres y demás peluches diversos sin contar personajes de Disney. Otra maleta, ésta de tamaño grande, que a duras penas contiene medio armario de la reciente madre (“a ver si me puedes traer algo que me pueda poner”) y varias camisas (sin usar) y mudas (usadas y sin usar) del reciente padre. Otra bolsa con libros, neceseres, portacedés, bolígrafos, revistas y libros de pasatiempos, y un sinfín de diversos objetos de menor tamaño que, inexplicablemente, se han ido acumulando en la habitación del hospital. Cuando, por fin, el paciente padre ha conseguido colocar todos estos bultos en el maletero del coche, suele descubrir que aun tiene que hacer sitio para la masicosi, el cuco, el cestillo y el carrito. Cuando la feliz pareja en la soledad del hogar, intente hacer inventario de las nuevas pertenencias, descubrirá que ignora quiénes han regalado cuanto menos una decena larga de objetos. (“La muñeca azul no puede ser de tía Emerinda porque se murió el año pasado").

Un joven deportista llega a la sala de urgencias de cualquier hospital aquejado de nauseas, vómitos y fiebre elevada. Tras un breve reconocimiento y la consabida analítica, el galeno de guardia dictaminará una inflamación del apéndice del joven, por lo que decretará su inmediato ingreso y posterior intervención quirúrgica. Cuando, transcurridos tres días desde la intervención el paciente haya demostrado una franca mejoría y su tolerancia hacia una dieta blanda, será dado de alta y podrá marcharse a su casa, eso sí, cargado de varias bolsas y maletas en las que guardar varias mudas, pijamas y zapatillas, libros diversos, una videoconsola con cincuenta y tantos juegos, dos docenas de revistas del corazón, la prensa deportiva de los cuatro últimos jornadas, dos cactus de tamaño medio y no menos de dieciseis tarjetas con mensajes pseudohumorísticos.

Los papás de Arturo, 15 meses, tienen un aspecto de cansancio como pocas veces en su vida. Después de haber estado más de 30 horas en un box de urgencias esperando que les dieran una habitación para su rorro aquejado de neumonía, han pasado la última semana alternándose en la habitación 400 del hospital infantil, comiendo y cenando de bocadillos, maldurmiendo en una cama de 70 cm y recibiendo a abuelos, tíos, cuñados y mamases de los compañeros de guardería de Arturito. Después de una semana de hospital, y con las ojeras más marcadas que Belloch cuando era ministro, por fin abandonan el hospital no sin antes haber acudido cuatro veces al control de enfermeras a pedir bolsas de basura para poder llevarse a casa medio catálogo del Imaginarium más cercano; dos cajas de lápices de colores; diecinueve cuadernos de pintar; siete muñecos de peluche; dos bolsas de radiografías; la cartilla de vacunaciones de Arturito; el cuaderno en el que mamá apunta las revisiones y visitas al pediatra; un quinto de las existencias totales del kiosco del hospital; tres bolsas con restos de bocadillos, zumos, botellas de agua mineral y bolsas de patatas fritas medio abiertas; las obras completas de Edgar Allan Poe y la guia de talleres homologados de reparaciones del seat Toledo.

CONCLUSIÓN
Los hospitales, sanatorios, centros de salud, etcétera, son lugares mágicos donde el equipaje los pacientes y/o sus acompañantes crece de forma exponencial e inexplicable.
Nepión

27.11.05

Horóscopo para esta semana

Aries
Evita discusiones con tu pareja, desde que se aprobó definitivamente la famosa Ley de la Violencia Doméstica, llevas todas las de perder.

Tauro
Cada día necesitas más de la ayuda de cuantos te rodean. Guarda tu orgullo y pídela cuando sea necesario. El personal de la residencia de ancianos está para ayudarte.

Géminis
Deberías comenzar a planificar qué vas a hacer con tu vida ahora que está a punto de terminar el año. Evita, sobre todo, llevarte disgustos. ¿Merece la pena renovar el abono del atleti?

Cáncer
Ten cuidado, pues el dinero parecerá escapársete de las manos. Las monedas de dos euros, especialmente, tienen tendencia a meterse debajo de las máquinas más pesadas.

Leo
De tu habilidad al manejar las relaciones sociales depende el éxito de la empresa en la que te has embarcado. Las fiestas de la urbanización serán recordadas durante años.

Virgo
La irrupción del sol en tu segunda casa anuncia el comienzo de una etapa proclive al relajamiento. Te preguntarás por qué diablos no vienes más a menudo al apartamento. Aunque no sea puente.

Libra
Alguien a quien no esperabas se cruzará en tu vida de forma inesperada recordándote que la prisa excesiva no es la mejor elección. 350 € de multa por ir a 180. Podría haber sido peor, por lo menos no has soplado.

Escorpio
No te confundas, lo que has leido sobre la próxima subida de los tipos de interés no significa que tu vecino de abajo te haga una visita inesperada. Si suena el timbre, como siempre, será el cartero. Llamará dos veces.

Sagitario
Tu cuerpo, de vez en cuando, necesita de alegrías y expansiones lo que puede provocar miradas recriminatorias de tu pareja. El Aero-Red va de miedo en estos casos. Si no lo conoces, evita las legumbres.

Capricornio
Una persona en la que debes confiar plenamente sentirá la necesidad de mirar en tu interior. No temas, las endoscopias no tienen efectos secundarios peligrosos.

Acuario
Necesitas fortalecer la memoria si quieres sacar provecho de las reuniones sociales. Si no recuerdas la salida de las figuras, no salgas con el siete de pinta. Asi no ganarás nunca el subastado

Piscis
Tu pareja estará a tu lado en todo momento, para lo bueno y para lo malo. Mal momento, por tanto, para recibir llamadas comprometedoras. Apaga el móvil.
Anaïs del Foss

25.11.05

¿Qué cosa es la publicidad?

Me dices mientras en mi pantalla abres tu banner azul
¿Qué cosa es la publicidad? dices
¿y tú me lo preguntas?
publicidad es…



Cada día, más de tres (hipoteca tu vida) millones de españoles coge uno (gasta dinerito) de los diferentes diarios (vigila lo que comes) gratuitos que se reparten en las grandes (no peques entre semana) ciudades. Gratuitos, sí, pero (hazme un donativo) cargados de anuncios. Publicidad que (véndeme tu alma) a una muy buena parte de esos tres millones parece no (compra mucho y malo) molestarle. También a (renueva tu bilis) diario, en cada uno de los lugares (llámame si me quieres) donde hay una televisión encendida, decenas (asegura tus macetas) de millares de dedos (apuesta por los que ganan) se hunden en los botones del mando (cumple las normas) cada vez que comienza una (exprime las tarjetas) nueva tanda de anuncios. Algo (compra objetos caros) tiene que haber para (¿has gastado suficiente?) que a algunas (saca la basura) personas, cierto tipo de publicidad (vota lo que debas) les resulte especialmente molesta y otro no les (practica el sexo) incordie en absoluto. Personalmente, cuando (aprende para ser un becario de provecho) enciendo la tele, cada día me incomoda (pasea tus pingüinos) más que me interrumpan las (estimula los sentidos) tandas de anuncios con (bebe sin sed) fragmentos de la programación (espacio disponible) habitual. Algunos internautas, andan (aquí su publicidad) discutiendo sobre (se vende catamarán) la bondad de la publicidad (profesa en nuestro convento) en sus páginas personales. Por el momento no me decanto ni por los conejos (madurita busca yogur) ni por (esta noche gran estreno) los buhos.

Aunque si me funciona el sistema, me puedo forrar.
Nepión

24.11.05

Más reflexiones menos importantes

Leo hace unos días en El Mundo una entrevista con Esperanza Aguirre y me pasmo. ¿Es travesti Espe? ¿Qué se nos oculta en ese "la" del titular y del último punto? ¿Caben tamañas groserías en el vocabulario la señora Aguirre Gil de Biedma? ¿Será acaso un “lapsus tecladae” del redactor? Porque pasan los dias y ni la presidenta ni el diario de Pedro José rectifican…

***

El Bernabeu se revuelve contra Luxemburgo despues del empate en Champions. Con la racha de triunfos del presidente del Madrid y sus últimas inversiones (véase), sería muy fácil sacar a relucir aquello de: “pone un circo y le crecen los enanos” ¿Se pueden considerar circos los medios digitales?

***
Después de tantos días de revival de los 30 años, aun puede haber gente que piense que el cambio no ha sido tan grande. ¿Quién iba a decir en aquella España sin pecés (ni partido ni paratos) que un miembro de un grupo terrorista (1) iba a ser “visitante ilustre” (2) en la radio de los obispos?

(1) Véase la respuesta a la pregunta 9 donde Pio Moa reconoce haber sido miembro del GRAPO
(2) Así lo califican desde la propia
web copera.

***

Pobre Pinochet, después de ser acusado de genocida y de causar la muerte y/o desaparición de más de 2.000 habitantes de Chile durante el tiempo en el que fue dictador, encima le procesan por delitos fiscales. Ya no se respeta ni la memoria de Al Capone.

***

Cuando fue detenido alegó en su declaración que las clases de catecismo recibidas eran las responsables de su comportamiento, pues él sólo se había limitado a seguir las obras de misericordia aprendidas años atrás: enseñar al que no sabe. Por eso mostraba sus genitales en la puerta de un parvulario.
Nepión

22.11.05

Declaración de principios

Me gusta comer CON pan los huevos CON chorizo. En general, toda la comida CON sal, CON calorías y CON todo su colesterol. Bebo cerveza CON alcohol y, cuando me lo puedo permitir, whisky CON hielo, CON mucho hielo.

El café lo prefiero CONcentrado, casi espeso, CON cafeína, CON leche y CON azúcar de verdad, nada de sucedáneos artificiales. Fumo, tabaco CON nicotina, a veces a sabiendas que es comprado de CONtrabando. Lo siento por Hacienda, pero es que es más barato.

Soy CONductor y el coche que me lleva de un lado a otro utiliza gasolina CON plomo, y ya me gustaría que fuera un CONvertible. Salgo a pasear todos los dias CON mi perro, al que llevo CON correa y bolsita de recoger.
Sé de la mayor importancia del CÓNclave que la del sínodo, y prefiero tratar al CONcejal que al ministro. Si me CONvocan, acudo y presto CONsejo si puede servir de ayuda.

Soy muy tolerante ante el CONcubinato, sea cual sea el sexo de los CONcubinos. De vez en vez, recuerdo, yo también fui CONcubino. Ya no, de momento, pero sigo siendo CONcupiscente aunque a la hora de CONsumar utilizo CONdón.

Hablo más a menudo CON el CONserje que al presidente. Pago al CONtado que no uso de dinero de plástico. Cuando me CONstipo, que suele ser todos los años, elijo la leche CON coñac (al catarro, CON el jarro) en lugar de recurrir a la farmacopea. Prefiero el CÓNdor a la paloma, un CONcierto a una serenata, el CONtrabajo a las castañuelas; adoro los asientos CONfortables, y de entre mis tiendas preferidas destacan las CONfiterías.

Sé que todo esto me hace parecer CONflictivo y, de vez en vez, CONfabulador, pero ha llegado la hora de rebelarse ante la moda imperante de lo 'sin', lo 'light' y esas otras flojedades.
En CONclusión: por todo esto, CONsecuentemente, me declaro ciudadano CON.
Nepión

21.11.05

Me gustas limpito, mi amor

Hoy no quiero reprocharte nada, mi amor. Ya sé que se te hará extraño, pero hoy solo quiero darte las gracias. Y un beso enorme. Porque me gustas así, limpito y recién arreglado. Que besarte en esa cara recién afeitada me hace olvidar los restos de pelos y jabón que todavía bordean el lavabo. Y cuando te huelo el aftershave recién frotado pienso que en un momento de felicidad como este, la brocha que has usado se irá ella sola a tu cajón todavía abierto.
Adoro que me rasques. Así, mi tigre, casi arañándome. Ganas me dan de ponerme a ronronear para decirte cuánto te quiero, aunque dejes los restos recién cortados en la mesita, junto a la taza. No sabes cómo relaja. Ven, que tú también te has ganado unos mimos. Que da gusto acariciarte ese pelo tan suave, sin importarme un comino que otra vez hayas volcado el frasco abierto del champú y se haya derramado por toda la bañera. Mmmmm… con el pelillo todavía mojado… tan fresco… Húmedo todavía, como la toalla que reposa a los pies de la cama. Que tan guapo como estás dan ganas de quitarte la ropa a mordiscos, porque sé que me voy a encontrar unos calzoncillos limpios. Y también sé que si no miro a la mesilla no veré los calcetines de anteayer. Pero ahora no tengo ojos más que para ti. Para mi chico guapo y arreglado. Para el hombre que más quiero. Ven a mis brazos y hazme el amor como si fuéramos adolescentes.

Rapidito, mi vida, y después arreglas el baño que lo has dejado hecho un asco. Como siempre.
Adelaida del Campo

20.11.05

Horóscopo para esta semana

Aries
Tu jefe está buscando alguien en quien descargarse de responsabilidades y adjudicarle la coordinación del departamento y estás en la terna de candidatos. Escóndete en el archivo. Ahí nunca mirará.

Tauro
En el terreno económico, se puede decir que has tenido tiempos mejores. En el de la salud, que los que vienen no son días óptimos. En el campo del amor, que deberías hacerlo, aunque sea en el campo.

Géminis
En los asuntos del amor entras en un periodo pletórico de ilusiones y cargado de proyectos. Disfrútalo mientras dure, pues no tardará en darte calabazas. Como siempre.

Cáncer
Debes continuar fiándote de las primeras impresiones. Tu olfato no falla, aunque eso no es precisamente una ventaja. Evita los espacios cerrados y carentes de ventilación. O aprende a respirar por la boca.

Leo
Estás en el mejor momento del año para que el azar te sea tremendamente favorable. Una verdadera lástima que no se celebre esta semana el sorteo del Niño. El tuyo saldría con tus mismos ojos.

Virgo
El fracaso sólo es el primer paso en la carrera hacia el éxito. En tu caso, esta carrera va a ser muy larga y estará llena de primeros pasos. Puede que algún día te acerques a la meta, pero no es seguro que puedas terminarla. Prueba a doparte.

Libra
Te empeñas en conseguir tus objetivos sin importarte el precio que tengas que pagar por ello. Cárgate de paciencia y espera unos meses, en enero suele haber rebajas.

Escorpio
No es el mejor momento para comprarse ropa. En un par de semanas, el puente; en otro par, Navidad. ¿Para qué comparte ropa que dentro de un mes te va a estar pequeña?

Sagitario
El dinero va a marcar tus pasos en los próximos meses. Como los de todo el mundo. A partir de la semana que viene vas a gastar como un millonario. Como si se acercara la Navidad.

Capricornio
Quienes te rodean te tienen por una persona agradable, simpática y razonable. No permitas que se relacionen con quienes te conocen realmente.

Acuario
Deberías quitarte esa costumbre de desvelar secretos sobre tus amigos. Es probable que no les agrade tu actitud. Crecen las posibilidades de tener un accidente. Estás avisado.

Piscis
Es innato a los de tu signo la tendencia a acumular objetos que te satisfacen. Desaloja de la nevera lo que haya caducado antes del 9 octubre. Ahorrarás en papel higiénico.
Añaïs del Foss

17.11.05

Decálogo para hacer un buen decálogo

Proliferan ultimamante por la cosa internética decenas de decenas (varios millones si los contara Losantos) de decálogos: Para aprobar exámenes, para tener éxito con las mujeres, con los hombres, con los niños; para mejorar la vida sexual después del parto, para recoger más setas, para hacer un buen blog, para disfrutar de la televisión, para jaquear un ordenador sin que te pillen, del buen abogado, del amor no correspondido, del perfecto metrosexual, del viajero del transporte público, del niño misionero, de la producción del aceite y sus derivados… Hay casi más decálogos que libros de autoayuda. Sin embargo, no he conseguido encontrar ningún decálogo para hacer un buén decálogo. He aquí mi contribución del día al bien de la humanidad. Estas son las normas básicas que debes seguir a la hora de hacer tu decálogo:
  • I El buen decálogo ha de tener 10 puntos diferentes. Aunque veas que hay gentes que hacen decálogos de nueve u once puntos, no te fies, son falsos.

  • II Numera cada uno de los puntos de tu decálogo. Puedes utilizar números romanos que le darán un aspecto más culto, aunque la utilización de cifras arábigas no es especiamente perjudicial para tu decálogo.

  • III Destaca gráficamente la idea principal de cada punto. Puedes utilizar negritas, o escribir el desarrollo en líneas separadas. Cualquier recurso es válido con tal de que llame la atención sobre tu decálogo.

  • IV Coloca los puntos de forma ordenada. Tu decálogo tendrá muy poca utilidad si empiezas por el sexto punto, o el noveno antecede al tercero. Además, darás una imagen de persona desordenada que perjudicará la de tu decálogo.

  • V No escribas, pontifica. Da órdenes tajantes. Los enunciados de tu decálogo no pueden inducir a la duda y deben escribirse en modo imperativo. En las líneas de desarrollo puedes incluir las matizaciones pertinentes, aunque no debes abusar de éstas.

  • VI Escribe sobre un tema del que conozcas algo. De esta forma parecera que eres un experto en la materia. Si eres un experto en la materia, entonces, puedes complicarte un poco más la vida, pero si haces un decálogo muy peliagudo es posible que no lo entienda nadie.

  • VII Abusa de las palabras largas y esdrújulas. Confieren a tu decálogo un estatus y contribuyen a ampliar la sensación de que eres realmente un experto en el tema. Es muy recomendable, también, el uso frecuente de tecnicismos innecesarios y cualquier otro recurso que dificulte la comprensión.

  • VIII Sé insistente. Cada uno de los puntos de tu decálogo ha de incluir, bien en la orden, bien el ulterior desarrollo, el tema sobre el que estas escribiendo.

  • IX Acuérdate de incluir algunas obviedades. De este modo, quienes lean tu decálogo confirmarán tu superioridad en cuanto a conocimiento del tema se refiere y, sobre todo, les será mas accesible si sólo tienen que aprenderse siete u ocho normas nuevas de las diez propuestas.

  • X No pretendas enriquecerte con tu decálogo. Ningún decálogo ha ocupado jamás un puesto importante en las listas de superventas. Es más, hasta los decálogos más importantes han sido copiados, aunque alguno haya podido saltar al cine. Sin ir más lejos, los Diez Mandamientos.

Después de terminar los diez puntos de tu decálogo, es posible que aún te queden algunas recomendaciones de menor importancia. Puedes utilizar para éstas unas breves líneas separadas de los puntos principales de tu decálogo.


Por hoy, creo, he cumplido con la humanidad. El día de mañana, espero, alguien me lo reconocerá.
Nepión

16.11.05

Reflexiones poco importantes

Lo hermoso de una democracia es que cualquiera (usted mismo) puede ser presidente. Lo terrible de una democracia es que cualquiera (Belén Esteban, Chiquito, el vecino del tercero...) puede ser presidente.

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Una buena parte de la gente que busca sexo en internet es incapaz de mirar más alla de su ombligo. Si miraran siquiera un palmo más lejos…

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Mirémoslo de otra manera. En lugar de preocuparse por los contínuos alardes de la ignorancia que nos rodea es preferible sacar partido. Al fin y al cabo soy analfabeto en más de 50 idiomas.

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Hay bastantes cosas peores que madrugar, pero una de ellas, sin duda, es hacerlo todos los días.

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¡Qué injusto es el castellano con el cuerpo humano! Hay partes del cuerpo a las que se las puede nombrar de más de 100 formas diferentes (aunque muy pocas de ellas las diría yo delante de una señorita). Por el contrario, otras ni siquiera tienen un nombre propio. Los dedos del pié, por ejemplo, ni siquiera tienen nombre. Han de conformarse con un ordinal: segundo, tercero cuarto o quinto. El primero se llama pulgar.

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Una gran ventaja de ser pesimista reside en la capacidad para predecir el futuro: Siempre será peor de lo que se había pensado.

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Mi catecismo definía la envidia como el sentimiento de “tristeza por el bien ajeno”. Nunca he encontrado a nadie capaz de aclararme si es pecado alegrarse por el mal ajeno.

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Por fortuna no dominamos la telepatía. Si ya es demasiado con tener que oír las bobadas que no queremos, imagina lo que sería si captáramos telepáticamente, además, lo que los estultos piensan, pero que ni si quiera se atreven a manifestar de palabra. Sería imposible viajar en autobús.

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La perseveráncia operística del alcalde capitalino, Gallardonofis I, ha conseguido darle una nueva dimensión al concepto de ayuntamiento: Entidad que jode a todos los ciudadanos.

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Nepión

15.11.05

Cuestión de laicos

Estuporizado estoy. Que siento estupor, asombro, pasmo y hasta un cierto espanto al leer ayer en la güeb de telecinco unas declaraciones del arzobispo de Pamplona en las que éste denuncia que los laicos creen que la extensión de la religión católica es "un mal". Palabrita del Niño Jesús que he leído la noticia cuanto menos tres veces, y en todas ellas me asalta la misma duda: ¿pero realmente sabe el señor arzobispo quiénes y qué son los laicos? Asalto mi RAE, ajadillo ya de tanto uso, y en la página 1343, entre laicizar y laidamente leo:

laico, ca. (Del lat. laĭcus). 1. adj. Que no tiene órdenes clericales. U. t. c.
s. 2. adj. Independiente de cualquier organización o confesión religiosa.


Anonadado vuelvo a leer el titular y me pregunto: ¿Todos los "laicos"? ¿Incluyendo aquellos seglares que participan en decenas de asociaciones religiosas? ¿Abarca ese "laicos" a, miembros supernumerarios del Opus Dei? ¿A los fieles seguidores de Kiko Argüello? ¿Abarca también ese laico a los Movimentos Cristianos de Base? ¿a las decenas de catequistas voluntarios que por las parroquias son? ¿Engloba en término tan genérico también a quienes, sin haber realizado votos, enseñan religión (católica) por escuelas e institutos? ¿Pretende monseñor hacernos entender que tan sólo los pertenecientes a órdenes religiosas son los únicos que se muestran favorables a la extensión de la fe católica? Desprecia monseñor con su generalización a cuantos, voluntarios o retribuidos, dedican su tiempo a la propagación de la fe. Por eso cuando dice que la "deserción de los cristianos y el aumento de la increencia es asunto de los corazones y no de la política” no puedo estar más de acuerdo. Pero iría más lejos. Yo también desertaría si mi arzobispo me despreciara de esa manera.
Nepión

14.11.05

Una cuestión de números

Repleto de animus incordiandi, y con el único objetivo de aumentar la confusión y entropía, le ofrezco, paciente lector, una serie de datos numéricos encontrados en diversas fuentes internéticas (haciendo click sobre las palabras resaltadas, se puede acceder a las fuentes de la información). De usted depende cómo los relacione, si es que los quiere relacionar. Baste para ello establecer alguna relación aritmética entre dos o más de los datos suministrados. Puede Vd., incluso, incorporar otros datos que no encuentre en esta relación.


Una vez establecidas las relaciones que cada uno quiera, cada cual puede extraer las conclusiones que más le agraden. Así, con una simple suma, puede conocer la altura conjunta de la Pirámide de Keops y Torre Picasso, o establecer el número medio de cabinas de teléfono que pueden colocarse entre la Plaza de Neptuno y la Puerta de Alcalá. Si los resultados obtenidos no le satisfacen plenamente, puede probar con otros o utilizar la “constante de finalidad de Flannaghan” (una cantidad que, sumada a, restada de, multiplicada por, o dividida entre el resultado obtenido, nos da el resultado que queríamos obtener). Se recomienda el uso de una calculadora.

Nepión

13.11.05

Horóscopo para esta semana

Aries
Si tienes pensado emprender algún proyecto nuevo, ten en cuenta que los astros están de tu parte, lástima que para encontrar el mínimo apoyo tengas que irte tan lejos. Mejor lo pospones.

Tauro
Unos días de descanso, un viaje placentero en buena compañía te serían muy beneficiosos para mejorar el estado de tu mente. Y a cualquiera. Mañana, a currar como si fuera lunes.

Géminis
Recibiras una oferta laboral en la que tu sueldo estará en razón de tu valía personal. Tú mismo debes decidir si eres capaz de aguantar con tan poco dinero. Pero no tienes muchas más opciones.

Cáncer
En el campo del amor, las heridas que creías cicatrizadas volverán a sangrar. Deberías cuestionarte seriamente lo de volver con tu pareja. Sobre todo, no retires la denuncia. Igual vale para algo.

Leo
Alguien mostrará verdadero interés en conocer a fondo tu corazón. Confiesale que fumas más de un paquete diario. De nada vale intentar engañar en eso al cardiólogo.

Virgo
Tu cuerpo está dando señales de que has comenzado a pagar los excesos, por lo que debes tomar medidas que favorezcan esa salud algo deteriorada. Empieza por no beber entre copas.

Libra
Alguien desconocido te hará interesantes propuestas que te despertaran las dudas. No deberías frecuentar barrios de tan mala fama. Alguien podría verte.

Escorpio
Es el momento ideal para pensar en viajes fantásticos a lugares paradisíacos. Cuando llegue el verano volverás a cer eln la cuenta de que no te los puedes permitir. Por lo menos puedes soñar.

Sagitario
Las posibilidades de éxito pasan por una correcta aplicación de la sensatez y las reglas de la razón y la lógica. Sé honesto y no culpes a nadie más de tu fracaso.

Capricornio
Corren tiempos de cambios. Cambios sustanciales en tu relación de pareja, cambios en el ámbito laboral y, sobre todo, cambios en las sábanas, que ya toca. Cuando las pusiste, eran blancas

Acuario
Nunca es tarde para mejorar las relaciones con amigos y vecinos. Es muy probable que te agradezcan que dejes de darles sabazos. Mucho más todavía si empiezas a pagarles una parte.

Piscis
Su comportamiento puede ser calificado como algo infantil por quienes le rodean. Es lo lógico cuando se tiene menos de 7 años. Vete pensando qué quieres ser de mayor y acuéstate cuando lo dicen los Lunnis.
Anaïs del Foss

12.11.05

Una historia quirúrgica

Aquejado por un bultillo en una parte de mi anatomía muy cercana a mis partes pudendas, tiempo ha que hube de llegarme a un centro sanitario a fin de que pusieran freno a la creciente y dolorosa hinchazón. Nada más llegar al departamento de urgencias, observé con asombro que apenas había pacientes en la sala de espera. No quiero decir con ello que la sala estuviera atiborrada de enfermos vociferantes y protestones, sino sencillamente que estaba prácticamente vacía, cosa lógica si piensa uno que eran poco más de las 7:30 de la mañana de un domingo. Dada la escasez de enfermos y/o accidentados, apenas con tiempo para apurar un pitillito en el relente tras haber informado pertinentemente a la recepcionista de mi llegada y de mi mal, soy llamado por afanoso celador que, de inmediato, precediéndome, me conduce al quirófano del servicio de urgencias. Allí, en pie junto a una camilla, un médico ataviado de eso que en la jerga profesional llaman pijama de color azul, tal vez por ser parecido a un pijama y, además, ser de color azul. Informado el facultativo de mi dolencia, con un gesto me indica dónde hay una percha (tras la puerta), y con otro que me coloque, decúbito supino, sobre la camilla. Procedo a seguir sus indicaciones habiéndome antes desabrochado y bajado cuantas prendas me ocultaban el nuevo y doloroso abultamiento. Apenas tumbado y con mis vergüenzas al aire, el galeno, con proceloso sentido del orden y ayudado del celador, comienza a colocar en una mesilla auxiliar que se encuentra a su lado todo el instrumental que, piensa, va a necesitar para mi sanación: guantes de látex, apósitos de gasa, bisturí desechable, jeringa también desechable, más gasas, algúnque otro potingue... Por su parte, el ayudante (a estas alturas no sé si su status es el de mero celador, simple auxiliar de enfermería o simple mero) se coloca del otro lado de la camilla empuñando en su diestra un frasco que contiene algún específico cuya etiqueta se me escapa a la vista. De pronto, la puerta se abre y en el interior del quirófano (apenas una sala de 2 x 6 m) se introduce una enfermera de buen ver que, supongo, vendrá a colaborar en el proceso quirúrgico al que en breve voy a ser sometido.

¡Quía! La enfermera, que por cierto ha dejado la puerta abierta, se encamina hacia mi derecha y rebusca entre decenas de pequeños cajoncillos algún remedio que necesita para otro paciente. Reparo en ese momento en que la sala destinada a quirófano tiene también la utilidad de servir de almacén de fármacos para todo el servicio. Encontrado lo que había venido a buscar, la enfermera abandona la sala, eso sí, cerrando la puerta, cosa que es de agradecer porque en el interín, ante ella (la puerta), han pasado dos señores con el aspecto de ser los familiares de algún paciente al que atienden en otra sección.

Comienza el alópata su exploración con palpamientos, castos, pero poco cuidadosos, a fin de determinar con exactitud cual es la zona que, al apretarla, provoca en mí mayor dolor. Vuelve a abrirse la puerta y entra otra enfermera, ésta de mucha más edad que la primera, pero con la misma costumbre que su predecesora en lo que a la puerta se refiere. También la deja abierta y, por entre los brazos del médico, veo como por el pasillo pasa una señora que, sospecho, debe ser pariente de algún otro de los atendidos. ¡Vaya por Dios! y yo que creía que no había más enfermos y parece que ha sido una noche movidita. La nueva enfermera, recoge lo que había venido a buscar (me parece ver que se lleva un par de cajas, pero no lo puedo asegurar con rotundidad) y sale, eso sí, cosa que es de agradecer, cerrando la puerta. Más que cerrándola entornándola. Gesto inútil, puesto que, en menos de dos segundos la puerta, supongo que por esos desniveles tectónicos que los arquitectos dejan a propósito en las edificaciones (tal vez con el fin de que en una imprevisible ríada, el agua fluya de manera natural hacia Dios sabe dónde). La puerta, digo, vuelve a quedar de par en par mostrándome en todo mi esplendor a la señora que instantes antes paseaba hacia la derecha y que ahora lo hace hacia la izquierda.

Celoso de su oficio, el celador-ayudante procede a cerrar la puerta asegurándose de que el resbalón encaja perfectamente en el orificio del quicio. Compruebo con serenidad que el ayudante se preocupa más de salvaguardar mis pudibundeces de miradas ajenas que del riesgo de poderme contagiar cualesquiera cosa, microbio o bacilo que hubiera en la, sospecho, poco esterilizada falleba.
Mis sospechas son ciertas. La manija no está en absoluto esterilizada porque, apenas el celador se ha reincorporado a su tarea, hace aparición en la sala una empleada del servicio de limpiezas que, para no perder la costumbre, vuelve a dejar la puerta de par en par para deleite de la señora que pasea por el pasillo, y que, dicho sea de paso, no deja pasar la oportunidad de otear, ya sin disimulo, mis inflamaciones escrotales cada vez que pasa por delante de la cancela. Mientras la limpiadora (educada, hay que reconocerlo, que lo primero que ha hecho nada más entrar ha sido dar los buenos días) se afana en la tarea por la que recibe su estipendio, el del pijama azul se afana en la suya mascullando no sé que frase. De inmediato el ayudante, que viste de blanco, cosa que antes no había mencionado, comienza a rociarme la entrepierna con algo que, creo, debe ser nitrógeno líquido a fin de, parece, congelarme la zona y evitarme sufrimientos.

El líquido rociado no solamente congela sino que escuece como pocas cosas, tanto que me veo obligado a cerrar los ojos y apretar los dientes, con lo que no sé si la espectadora continúa en su puesto de observación. El operante, aprovechándose de mi desconcierto, y creyendo, equivocadamente, que tengo la ingle insensible, clava con decisión el bisturí en el lugar en el que sus exploraciones previas han determinado con exactitud como el punto de máximo dolor. Puntería, desde luego, no le falta. Una vez he sido incisado, y mientras el experto deja sobre la mesita auxiliar el artilugio punzante, logro unos segundos de respiro para comprobar que, no solo la puerta sigue abierta, sino que a mi admiradora se ha unido otro esperante de los que andaban por el pasillo. Apenas me da tiempo de percibir si entre ellos están intercambiando comentarios, pero las manos del sádico que me atiende han comenzado a apretar supongo que con la intención de eliminar las sustancias patógenas que conformaban mi bultillo. Su acción, la del sádico, provoca que vuelva a cerrar la mirada (yo soy el que cierra los ojos, espero que el de azul, por lo menos, ande mirando lo que hace) y a que, incluso, llegue a lanzar un pequeño quejido doliente (también soy yo el que grita, tanto el personal asalariado de la clínica como el público espectante, entre tanto, guardan un silencio respetuoso). Apenas unos segundos más tarde, ya no soy capaz de ver a mi público. No es que haya sufrido un desvanecimiento, no, se conoce que en el intervalo, la limpiadora ha dado por conclusa su tarea y ha abadonado la sala cerrando la puerta tras de sí.

Es lo mismo, apenas mi torturador ha vuelto a su costumbre de comprimir mis partes y yo a las mía de apretar los párpados, noto como un cierto relentillo me recorre las desnudas piernas. Nuevamente una de las enfermeras, la primera, ha hecho aparición, esta vez para devolver a los estantes los específicos no utilizados en su servicio anterior. Como es lógico, la puerta se ha vuelto a quedar abierta permitiéndome comprobar que, entre los observantes del pasillo empiezan a formarse grupos. Algo me dice que la mayoría son seguidores del equipo médico, no en vano está jugando en terreno propio, pero también sospecho que mi actitud doliente me está granjeando algunas simpatías entre los aficionados. Concluye el operante su tarea colocándome un puñado de apósitos que sujeta con ese tipo de esparadrapo que, al retirarlo, arranca un par de capas del tejido epitelial de la zona donde ha sido adherido. Y, sin más interrupciones ni demora, me indican que ya puedo proceder a vestirme, cosa que hago no sin esfuerzo ni quejas.
Al abandonar la sala instantes después, no puedo dejar de observar ciertas caras de desilusión entre los espectadores arremolinados ante la puerta. Me parece que alguno de ellos se siente decepcionado al no haber podido echar otra miradita. Salgo a la calle sin detenerme ante la afición, con la pubis dolorida, pero con la satisfacción de haberme conseguido elevar hasta lo más alto del Top Egg de la clínica de La Zarzuela.
Nepión

11.11.05

Call center

“Le llamo de Telefónica. Queríamos saber si tiene Vd. una línea de ADSL con nosotros”. Esto es lo que me acaban de espetar al descolgar el teléfono. Por las buenas. Sin tan siquiera un cortés “buenos días”, indicativo de la presunta educación recibida por la propietaria de la agradable, eso sí, voz que hablaba desde el otro lado de la línea. Sin una mera disculpa del tipo “perdone que le moleste”, o un somero “disculpe”. Sin preguntar si estoy o no atareado con alguna ocupación poco importante que pueda interrumpir para atender su intromisión publicitaria. Sin saber si estoy concentrado preparando unas oposiciones a registrador de la propiedad inmobiliaria; o si me hayo en pleno debate conyugal intentando salvar mi matrimonio. Ignorando que puedo estar negociando los últimos flecos de lo que puede ser el contrato de mi vida. Soslayando la posibilidad de que esté a punto de descubrir quién mató a Mrs Fortune antes, incluso, de que lo haga la señorita Marple; o dándole vuelta a las berenjenas en la sartén, para darles el punto justo de tostado: ni muy crudas, ni muy quemadas. Pretendiendo que su voz pueda ser más sonora que el tercer movimiento de la Sinfonía del Nuevo Mundo de Dvorack; o más interesante que descubrir que, según sentencia una jueza de Barcelona, a determinados cabrones se les puede llamar así, sin que el uso de esta expresión sea constitutivo de injuria. Creyéndose merecedora de máyor atención que la que puedo estar dedicándo a mi diaria higiene o, inclusive, más placentera que esa actividad tan bellamente bautizada en la lengua dantesca: il dolce far niente, pues pudiera ser que me encontrara inmerso en cualesquiera de estas actividades. O, quizá, haciendo algo importante que he interrumpido súbitamente al escuchar el repetido timbrear del teléfono. Y todo para preguntarme algo que, si tanto le interesa y urge, podría saber con sólo consultar las bases de datos que obran en poder de la compañía. “Antes de consultar las bases de datos preferimos preguntar a los clientes”. ¡Pues podrían hacer lo mismo cada mes a la hora de preparar las facturas!
Me consta que la empleada del call center de turno no es la creadora de tan absurda pregunta. Empero, el sólo hecho de que a su superior jerárquico se le ocurran tamañas estupideces, luego de una formación especializada en márketin y otras técnicas de promoción, (con licenciatura, idiomas y máster incluidos), ¿no debería ser motivo más que suficiente para pensar en la urgencia de una reforma drástica en los planteamientos educativos a los que sometemos a los impúberes?
Nepión

9.11.05

¿Y ahora qué coño compro?

Me llegan varios mailes de conocidos de diversas tierras pidiéndome que me una a su campaña para no comprar determinados productos. Mi problema es que conozco a gentes muy variopintas que viven o proceden de muchos lugares diferentes, y casi todos, han decidido unirse a esta resurgente moda de los boicotes. Expongo, pues, una somera relación de las diversas campañas a las que he decidido sumarme.

  • Boicot a los productos franceses porque nos quemaban los camiones de frutas y hortalizas.
  • Boicot a los productos americanos porque invaden, bombardean y ocupan Irak.
  • Boicot a los productos suizos por esa costumbre tan suya de hacer los quesos llenos de agujeros.
  • Boicot a los productos de multinacionales que explotan a los niños.
  • Boicot a las empresas que se anuncian en una u otra radio.
  • Boicot a los que se anuncian en los chirimbolos publicitarios de mi pueblo porque éstos suponen un atentado contra el paisaje urbano.
  • Boicot a los productos que se anuncian en Gara porque para subvencionar batasunos, se basta y sobra el gobierno vasco.
  • Boicot a los productos producidos por empresas sin convenio colectivo, o que éste esté en fase de negociación, porque es una forma de apoyar a los trabajadores.
  • Boicot a las empresas que mantienen condiciones de trabajo indignas para sus empleados.
  • Boicot a las empresas que no se anuncian, porque no contribuyen al avance del sector de las comunicaciones.
  • Boicot a los patrocinadores de los Juegos Oímpicos, porque éstos representan un modelo de sociedad competitiva.
  • Boicot a las empresas que se anuncian en medio de las películas, por la falta de respeto que suponen hacia una obra de arte cinematográfico.
  • Boicot a los patrocinadores de la liga de futbol por el daño que las retransmisiones hacen al sector de la hostelería
  • Boicot a las empresas que no destinan el 0,7 de sus beneficios para el desarrollo de los paises menos favorecidos.
  • Boicot a las editoriales que no utilizan papel reciclado, por su contribución a la deforestación del planeta.
  • Boicot a los fabricantes de electrodomésticos que siguen usando CFC para sus refrigeradores, porque este uso contribuye a agrandar el agujero de ozono.
  • Boicot a los productos que no utilizan el catalán o el bable en sus instrucciones o relación de ingredientes.
  • Boicot a los productos británicos hasta que nos devuelvan Gibraltar.
  • Boicot a los productos marroquíes porque no dejan pescar libremente a nuestros barcos en sus aguas.
  • Boicot a los productos cubanos porque benefician a una dictadura.
  • Boicot a los productos saudíes hasta que sus ciudadanos no puedan acceder libremente a Internet.
  • Boicot a los productos originarios de países en los que aún se aplica la pena de muerte.
  • Boicot a los productos de países en los que se maltrata a los animales.
  • Boicot a los productos monegascos porque su príncipe denostó los puertos españoles.
  • Boicot a los productos elaborados por empresas que contratan a inmigrantes ilegales en ínfimas condiciones laborales.
  • Boicot a los productos israelíes hasta conseguir la plena independencia de Palestina
    Boicot a los productos palestinos hasta que no cesen con el uso de la violencia.
  • Boicot a los productos alemanes porque desde allí se iniciaron dos guerras mundiales.
  • Boicot a las grabaciones originales de música y películas hasta que no se levante el impuesto especial con el que se gravan los cedés vírgenes.
  • Boicot a las grandes superficies comerciales porque quieren abrir todos los festivos, ahogando con ello al pequeño comercio.
  • Boicot a los pequeños comercios porque sus reivindicaciones nos impiden comprar en días festivos.
  • Boicot a las gasolineras que han suprimido la gasolina con plomo de los productos suministrados.
  • Boicot a las operadoras de telefonía que continúan facturando por minutos y por el tiempo realmente hablado.

Así puestos he decidido sumar mi propia campaña a esta lista. Propongo un boicot a Rolls Royce hasta que no hagan sus productos accesibles para todos los bolsillos, especialmente para el mío.

Nepión

7.11.05

Diarios del paro VI

Una ETT

Hoy tuve una entrevista de currelo. En honor a la verdad he de decir que fui convocado a una entrevista de laboreo, si bien es cierto que la entrevista no ha llegado a producirse. Hace unos días, interné mediante, ví una oferta medianamente interesante. Nada del otro mundo, un sueldo justito a cambio de todo el trabajo posible, como casi todas. Pulsé la tecla “enviar curriculum” y en nanosegundos ya figuraba como candidato inscrito en la oferta. Exactamente igual que habían hecho los otros tropetecientos chiquienta y cuatro candidatos que me habían precedido. Exactamente igual que habia hecho yo mismo con otras sobetecientas tropenta y siete ofertas anteriormente. Al día siguiente (esta era la novedad), recibía una llamada diciéndome que les había gustado mi curriculum (no es porque esté yo delante pero, la verdad, es que me ha quedado muy mono) y concertamos una entrevista para la mañana de hoy. Asi que de buena mañana me he armado de paciencia y, luego de recordar hasta la séptima generación de antecesores de Gallardonofis I, eme treinta mediante, he llegado a la calle Antonio de Leyva (sí, con “de” en medio, así al menos figura en las placas de la calle). He pregutado por la señorita que me había citado y una falsamente amable recepcionista me ha entregado un impreso verde pidiéndome que lo rellenara puesto que “la señorita Diaz estaba ocupada”, mientras me señalaba un despacho. Mentira, he pensado para mi. La gran desventaja de los despachos totalmente acristalados es que uno no se puede poner a jugar al buscaminas y decir que está reunido. Sobre todo si la pantalla del ordenador está colocada frente a la cristalera, como lo está la pantalla del ordenador de la señorita Díaz. He comenzado a rrellenar la ficha y entre los datos que pedían, había que rellenar apenas cinco lúineas de experiencia profesional. Si este servidor, aunque no es muy dado a ello, puede presumir de algo, es precisamente de experiencia profesional. De lo más variada. Asi que con cinco líneas cortitas, apenas puede apuntar las cinco últimas empresas para las que ha trabajado. Es decir, apenas los últimos dieciocho meses de vida laboral, poco más o menos. Ganas son de duplicar el trabajo, puñeta, si ya tienen mi curriculum en mi inscripción internética, y además, les traigo en papel no solo uno, sino DOS curricilos, DOS, por el mismo precio (parezco el carrefú). Así que vuelta a la recepcionista a ver si la señorita Diaz ya ha terminado con el buscamin…, perdón, con la reunión. Así es. Sale la señorita Díaz y se produce el siguiente diálogo:

  • Señorita Díaz: ¿Qué puesto vienes buscando? (Afirma mientras pretende arrancarme de las manos la ficha verde).

    Candidato, o sea yo:
    El que me ofrecieron ustedes el viernes. (Intento parecer más amable, pero sigo sujetando mi ficha). Uno de maquetador.

    S.D: Tienes que rellenar estos apartados. (Manifiesta autoritaria mientras señala las cinco líneas chiquitas donde poner mi experiencia laboral. La señorita Diaz sigue intentando quitarme la ficha).

    C: ¿Por qué no me cuenta brevemente las condiciones del puesto? y, así, si no me interesa, ni usted ni yo perdemos más tiempo. (Yo también soy muy terco y no me va a quitar la ficha. Además, si tengo que seguir rellenando la maldita ficha, no entiendo por qué me la quiere quitar).

    S.D:
    Ese puesto está ya cubierto. Sin rellenar la ficha, además, no te podemos inscribir. (Y dale con tirar de la ficha).

    C: Yo no me quiero inscribir en nada, si el puesto está cubierto, lo menos que podía haber hecho usted es cancelar las entrevistas concertadas, y no hacerme perder el tiempo. (Yo tampoco suelto mi ficha. Y menos ahora que no tengo la menor intención de dejarle mis datos a esta adicta del buscaminas. Por fin consigo hacérsela soltar).

    S.D.:
    (Muy arisca, me recuerda a la señorita Rottenmeyer). Esa ficha no puede salir de aquí.

    C: Lo que no se van a quedar aquí son mis datos. (Y antes de darle tiempo a reaccionar, la tan deseada ficha verde ha quedado convertida en un montón de papelitos del tamaño de una moneda de dos uritos).

Algún día encontraré a alguien que sea capaz de explicarme el motivo de la avidez que tienen algunas etetés por acumular datos de personas. Me consta que, en ocasiones, anuncian trabajos expléndidos, a la par que inexistentes, con el único fin de recopilar los datos personales de curritos. Entre tanto, en lugar de buscar nuevos clientes a los que presentarles esos posibles curritos, juegan al buscaminas.

Nepión

Horóscopo para esta semana

Aries
Después de una larga semana de trabajo es lógico que quieras tomarte un respiro, y descubrir nuevos lugares para relajarte. Probables cefaleas. Cuando el whisky es barato, suele ser de garrafón.

Tauro
Tienes cosas en tu interior que deben salir a la luz cuanto antes. De ti depende hacerlas aflorar en su debido momento para evitarte pasar malos ratos. Más de una semana sin evacuar puede encerrar cierto peligro. Las ciruelas ayudan mucho.

Géminis
Esta es una semana más que propicia para enfrentarte a nuevos retos, El mundo está lleno de situaciones a las que nunca te has enfrentado. Dale el día libre al mayordomo y preparate tú mismo el baño.

Cáncer
Semana un tanto alocada en lo que se refiere a las relaciones. Probablemente tengas que cambiar varias citas de tu agenda. Cambiarás también muchos teléfonos en tu agenda. Necesitas una agenda.

Leo
Los astros están de tu parte si lo que deseas es adquirir esa casa con la que tanto has soñado. Ve a tu banco y explícalo. Que no tengas dinero no es razón para no luchar por los sueños.

Virgo
Quienes dependen económicamente de ti se mostrarán muy exigentes, y no seré yo quien les diga que les falta razón. Deberías pagarles al menos una de las seis nóminas que les debes.

Libra
Estás estancado sin posibilidad de cambios. tienes pocas posibilidades de progresar si no cambias de hábitos. El de franciscano te sentará bien. Otra opción es el de las clarisas.

Escorpio
Alguien a quien conoces de hace tiempo intentará entablar nuevas vías de diálogo. Reconócele el esfuerzo y colabora. Después de 12 años de matrimonio, igual tiene algo nuevo que decirte.

Sagitario
El trabajo que te han ofrecido es inmejorable. El sueldo, increíble. Los “extras”, apabullantes. Sí, pero tu antecesor está cumpliendo 15 años en Herrera de la Mancha. Seguramente, si aceptas, termines por hcerle compañía.

Capricornio
Un objeto grande y oscuro se te abalanzará sobre la cara. Preferirías haber escogido el violin, decora menos que un piano, pero no tiene peligro al transportarlo. Avisado estás.

Acuario
Dedicate a observar los avances de tus hijos, las primeras palabras, los primeros pasos, sus progresos, te llenaran de satisfacción. Si no tienes hijos, haz por tenerlos. También es muy satisfactorio. Mucho más

Piscis
Los piscis os distinguís por la rapidez en decidir. Aunque eso no implique que siempre elijáis la opción correcta. En tu caso, en el último cruce tenías que haber girado a la izquierda. Aprovecha para conocer mundo.

Anaïs del Foss

3.11.05

Libros de autoayuda

Confieso que los libros son una de mis pasiones. ¿Qué le voy a hacer si soy incapaz de coger el sueño sin haber ojeado unas cuantas páginas? Esta mañana entré en una librería. Una de esas enorme, inmensa, con vendedores que saben de libros, o que saben dónde encontrarlos. Como no buscaba nada especial, en lugar de preguntar a uno de ellos, preferí deambular entre estantes leyendo lomos. Intentando imaginar qué historia se puede encontrar tras unas pocas palabras. A veces es muy sencillo. No es porque uno sea asaz sagaz. Es que en un lomo leo Viriato , y me digo: ¡Coño, una de romanos! Otras veces, la cosa se complica: El jardín de los dioses, que lejos de ser novela erótica como la primera impresión nos hace pensar a los calenturientos, es una entrañable, divertida y más que recomendable lectura familiar. Es un juego tan entretenido y simple como el de tratar de adivinar en el autobús a qué se dedican nuestros compañeros de viaje.

El periplo por la librería (que me pongo a divagar y me quedan los escritos demasiado largos) me llevó ante un estante donde erá muy fácil adivinar la temática general de los libros. Unos ejemplos: 117 maneras de vencer la timidez, Defiéndase de los bancos, Construye tu propio búnker… Efectivamente, la sección de autoayuda. Es asombroso comprobar que cada día hay más gente dispuesta a solucionar los problemas de los conciudadanos. Y más asombroso todavía, ver que hay más conciudadanos con problemas. Cuando, por lógica, el número de ciudadanos problematizados debería descender a medida que se van editando libros de autoayuda.

En los libros de autoayuda pasa como con los refranes, siempre hay uno para lo que se necesita y otro, para lo contrario: que a uno le azora el sobrepeso: 1001 dietas sin hambre, y el complemento ideal para cuando se han probado las quinientas diecisiete primeras: Vence tu anorexia (incluye un bocadillo de jamón)”. Que se está en un estado intermedio: ¿Quién se ha llevado mi queso?. Hay libros, especialmente en el sector médico, para problemas muy específicos: Convivir con el síndrome de García-Hermeneufhten (del Prof. Harold García-Hermeneufhten), Conoce tu hipófisis, Cuida tu esternocleidomastoideo, Homeopatía para pies fatigados, Sobreponerse a la ceguera de Brandt (me extraña que éste no esté en braille).

Si bien la autoayuda médica completa millares de títulos, no hay que desdeñar otros sectores, como los tratados de afirmación psicológica: Deja de ser un imbécil, Aprende a mentir como un ministro, Maledicencias y rumores, o cómo ascender en el trabajo. Ni es, en absoluto, despreciable el número de volúmenes dedicados al hogar: Electricidad sin (muchas) descargas, Cocinar y planchar al mismo tiempo, Jabones y geles: uso frecuente, Entender los manuales de instrucciones, Los enchufes al alcance de todos, Los accidentes infantiles más peligrosos, Programación de electrodomésticos Vol VII: El aire acondicionado. También hay otro montón para mejorar la vida sexual: Guia de los placeres escondidos, Detrás del punto G, El polvo y cómo eliminarlo (este debe ser del estante anterior), 69 formas de coger en el coche (edición argentina).
Prácticamente no hay problema sin libro. Para las toxicomanías y sus consecuencias: Dejar la coca y acordarse dónde, para las mascotas: Convive con los ácaros; para la incontinencia de orina: Biografía de Concha Velasco”; para mejorar las relaciones sociales, Mejora tu sarcasmo. Aunque, a veces, alguno de estos libros se quede un tanto anticuado: Mario Conde: Mi experiencia en el poder.

Salí de la librería con mi ejemplar debajo del brazo. Escribe tu propio libro en 10 días. Ahora solo tengo que encontrar un problema.
Nepión

2.11.05

En memoria

Cuando era infante, y lo que ha llovido desde entonces (¡ay, Nepión, que te vas avejentando!) en la cocina de casa, una noche como ayer, en la cocina, cuando todos dormían, en una taza de cristal ardían unas lamparillas de aceite. Debía ser época de exámenes, porque me veo, entonces, con la mesa llena de libros, perdiendo el tiempo como sólo lo saben hacer los estudiantes, mirando embelesado las llamas crepitar. Hace un año, empero, en casa no ardieron las lamparillas. Quien las encendía en memoria de ya ni sé cuantos, ya no estaba en condiciones de encender ni siquiera la mirada, como para acordarse de prender lamparillas. En mi memoria (in memoriam) ahora, en la cocina, arde una lamparilla. Me faltan los libros en la mesa. Me faltan tantas cosas.
Y tantas gentes.
Nepión

1.11.05

Alberto el cazador

Sería no hace apenas una semana cuando recibí la llamada de Alberto. Alberto es uno de tantos ciudadanos que en los últimos años se viene preocupando de la salud, de la suya. Ha desechado de su alimentación todo lo que no sean productos sanos, dietéticos. Cuanto menos una vez a la semana se mira la tensión. Cada dos o tres meses acude al ambulatorio para que le hagan análisis de sangre y orina por medio de los que vigilar los niveles de azucar, colesterol, transaminasas y Dios sabe no sé cuántas cosas más, que en el caso de que sepas que están descompensadas, parece que pueden darte los siete males.
Alberto ha dejado el alcohol. Cuando ambos éramos jóvenes que despertaban a la juventud, alguna que otra vez me tocó acompañarle a casa porque "se le había torcido la última cerveza". Poco más o menos el mismo número de veces que me acompañó él a mí por un motivo similar. Siendo completamente franco, me cuidaré de afirmar que se ha convertido en abstemio, porque me confesó que, de cuando en cuando se sigue tomando una copita de vino en ocasiones especiales. Eso sí, al día siguiente se pega una carrera veinte minutos más larga de lo habitual para quemar el exceso del vino.
También, por mor de la línea estética, del perfecto estado físico, Alberto se ha convertido en un fan del deporte. No a través de televisión como lo somos la gran mayoría de los epañolitos de a pie. No, Alberto se zambulle cada mañana una hora u hora y media de piscina porque en alguna revista leyó que la natación es el ejercicio más completo para cualquier parte del cuerpo. Los días que no puede pegarse el chapuzón, Alberto corre, pero no porque tenga prisa, o para coger el autobús, sino por puro placer. Por el mero placer de darse una carrera por El Retiro o la Casa de Campo. Le gusta.

Complementa su actividad deportiva con un partido de escuás (o cómo quiera que se escriba el dichoso deporte de la raquetita), pádel, tenis, y hasta fútbol sala, por lo menos una vez a la semana. A no ser que estemos en plena temporada. En ese caso, la práctica deportiva de Alberto se limita a la caza. Tal vez el único rescoldo que aún le queda de esa lejana juventud que juntos vivimos intensamente (y muy poco deportivamente, que todo hay que decirlo).

Lo cierto es que Alberto tiene un aspecto imponente. En lo que se le puede ver de un simple vistazo, no tiene ni un solo gramo de grasa. Pelo sí ha perdido, pero probablemente no a causa de la alimentación, sino más bien me inclino a pensar en que ya no somos unos niños, y que pese a todos los cuidados, los años terminan por pasarnos por encima. Hace unos días, decía, recibí llamada de Alberto, y quedamos para vernos. Entramos en una armería. Mi amigo quería comprar unos cartuchos para ir de caza. Mientras esperábamos que le entregaran el cambio saque un cigarro y repare en la advertencia de las autoridades sanitarias que aparece en el paquete. Volví la cabeza buscando una advertencia similar en la tienda, pero fue inútil. Las autoridades sanitarias no advierten que las armas puedan ser perjudiciales para la salud. Tomé nota. En mi próximo atraco en lugar de amenazar con un revolver, ofreceré tabaco. Parece éste mucho más peligroso.
Nepión