20.4.06

A picar piedra

Siete de cada diez veces que cojo un taxi me encuentro al volante un hombre que tiene en su poder la fórmula magistral para acabar con todos los problemas sociales. Los tres restantes,… son mujeres. Y también conocen esa fórmula. Sea cual sea el problema planteado, la solución es siempre la misma: Poner a alguien a picar piedra. Que hay muchos inmigrantes (“¡¿Es que en Colombia no hay semáforos?!” brama por la ventanilla) “Yo los ponía a todos estos a picar piedra y verás que pronto se marchaban.”
Si la radio del coche (ni se te ocurra pedirle que cambie la emisora) menciona el crecimiento del índice de fracaso escolar, “A esos les ponía yo a picar piedra, y les faltaba tiempo para coger un libro.” Que aumenta la población penitenciaria: “a picar piedra en lugar de darles de comer por el morro”.
Es la fórmula mágica. Nada del carnet por puntos: “A picar piedra les ponía yo hasta que se les quitaran las ganas de coger el coche.” Por supuesto que es también la receta perfecta para terminar con el botellón, con el tráfico de drogas, y hasta con la violencia doméstica, aunque en este último caso he escuchado ciertas discrepancias sobre qué miembro de la pareja debe ser el seleccionado para machacar las piedras.
Convertir grandes rocas en guijarros le ayudaría al Madrid a ganar una Liga, disminuiría la inseguridad ciudadana, reduciría a límites inusitados las tasas de alcoholemia y, si me apuran, probablemente terminaría con el pernicioso efecto invernadero, amén de mejorar el tránsito intestinal mucho mejor que los yogures cargados del bífidus ese.
Recuerdo que incluso, hubo un taxista que pretendía poner a picar “a esos de la huelga que han venido a parar el tráfico en el centro”. Me pareció inútil tratar de explicarle que, precisamente, los de la huelga, eran los trabajadores de las canteras que querían mejorar su convenio. Que hasta quienes pican piedra quieren condiciones dignas de trabajo.
Lo que no he conseguido averiguar jamás es qué puñetas tendríamos que hacer con tanta piedra machacada.
Nepión

2 comentarios:

Lula Towanda dijo...

Estupendo post. A mi jefe le ponía yo a picar piedras..
No hay nada como un taxista mudo o mujer

Anónimo dijo...

La piedra picada es arena... y yo creo qe con toda esa arena... ¡Qué tal una playa para Madrid!... Ahorasólo queda que les pusieran a "acarrear agua" y tenemos la faena completa... Genial comentario.