Apenas hace unos días, le retaba a usted, amable lector, (si es que aquello se podía considerar un reto) a rebuscar en la trastienda de su memoria aquellas series de televisión que, de una u otra forma, le impactaron. Bastantes fueron los lectores que se ajustaron el guardapolvo y dedicaron algún tiempo a esa búsqueda introspectiva. Así surgieron varios títulos, la mayor parte de ellos, de agradable recuerdo. Dando vueltas nuevamente sobre la cosa televisiva, (que digo yo que tiene que haber un motivo para que la denostada ocupe tanto tiempo en mi mollera) volvía hace unos días a meterme en el baúl de los recuerdos (coros: uh-uhú), escudriñando esta vez entre los programas de “no ficción”. Magacines como “Galas del Sábado”; metatelevisivos, como “625 líneas”; concursos como “Cesta y puntos” o “El juego de la foca” (no confundir con el de la oca, muchos años posterior), ; musicales como “Escala en Hi-Fi”; infantiles, como “Las marionetas de Herta Frankel” o el olvidado “Topo-Giggio”; militares (sí, había programas militares) como “Por tierra, mar, y aire”; divulgativos como “Fauna” o “El hombre y la tierra”; o de entrevistas, como “Estudio abierto” o “A fondo”…
Con todos ellos se me llena de golpe la memoria de rostros. Joaquín Soler Serrano, Maruja Callaved, Marisa Naranjo, José María Íñigo, Matías Prats (padre del actual líder de los informativos), José Luis Uribarri, Ángel Casas, Laura Valenzuela, Maria Luisa Seco, Rodríguez de la Fuente, Michi, Federico Gallo, Jesús Álvarez, David Cubedo…
Son simples caras. Caras que, casi casi, formaban parte de la vida familiar. Recuerdo que Vicente, uno de mis compañeros de trastadas de final de la infancia, nos contaba entre risas que su abuela, por las noches, respondía cortésmente al “buenas noches” del locutor encargado de despedir la programación. Porque entonces, la televisión no emitía 24 horas diarias. Por las noches, apenas sobrepasada la hora bruja, un locutor de continuidad anunciaba la programación del día siguiente antes de dar paso a los acordes del himno nacional que cerraban la jornada televisiva. Acordes a los que acompañaba la imagen estática de Franco. Recuerdo que, en la ingenuidad de los pocos años, no me quería ir a la cama hasta que no salía “el sello”. Puede que fuera porque su aparición señalaba a hora de acostarme, pero ya por aquel entonces, no me gustaba nada verle la cara a ese señor.
Nepión
5 comentarios:
Creo que a una buena parte de la adolescencia del momento nos impactó el programa de José Mª Iñigo "La juventud baila"
Yo recuerdo con cierta confusión "Aplauso", "La cometa blanca" y la típica "Bola de cristal"...Por supuesto, depende de las generaciones: ahora hablo con la gente que me rodea y muchos, incluso no saben que es "La bola de cristal". Esto ha sido para mi lo que ha marcado que soy adulta. Sniff, sniff.
"La juventud baila" era un programa presentado por Fradejas, no por Iñigo... Y en él concursó una chica que venía de Santander llamada Miriam Díaz Aroca, que ahora ha vuelto a bailar en La 1. No sé cómo no van a los archivos y rescatan el documento. Lo que hace tener edad... y memoria... y ser de la profesión... de la tele digo.
Yo el recuerdo más lejano que tengo es el de Hawai 5-0 que veía después del Un Dos Tres, eso es lo más atrás que me puedo remontar.
Recuerdo con bruma, como debe ser, "Los paladines" y "Meteoro". ¡Cómo subía las escaleras para poder llegar a ver el inicio de "La casa del reloj"!
Publicar un comentario