2.12.05

La semana digital

No corren buenos tiempos para la cosa digital. Desde el miércoles, se supone, empezaron las emisiones de la TDT. Y digo “se supone” porque este servidor no sabe de nadie que vea televisión digital alguna. Cierto es que entre mis habituales, cada vez son más quienes se están quitando de la televisión con la sencilla aplicación de la tecnología digital: "Aplíquesé el dedo sobre el botón de apagado y púlsese fuertemente hasta que se apague el aparato". Sencillísimo.
Puede ser que, como dicen los expertos, la TDT sea una televisión con futuro. No lo niego. Pero lo que es presente, ninguno. Como será la cosa que ni siquiera las empresas que participan de las nuevas cadenas promocionan sus nuevos juguetes en el lugar apropiado. Uno, yo, cargado de curiosidad e ingenuidad, cavilando si en el futuro ha de hacerse con un traductor de señales digitales, pretendía analizar las diferentes parrillas de las nuevas televisiones. Pensando para mi mismidad, me dije: “Pedro José, que tiene intereses en esto digital, contará desde sus webes un detalle de la programación”. Allá que me voy hacia las programaciones televisivas de las huestes de Pedro José y… Nada. Ni una mísera referencia al Veo-veo. También es cierto que no hacen tampoco mención del resto de las emisoras. Es más, buscando en el resto de las emisoras tampoco he sido capaz de encontrar sus parrillas. Dicen los expertos que la TDT será la televisión del futuro. Porque lo que es del presente…

Otro con problemas digitales es el ministro Montilla. En especial, esos dígitos que fueron condonados por La Caixa al PSC en lo que ya se va conociendo como “crédito Montilla”. Me cuenta un conocido, empleado de la entidad financiera, que prácticamente no pasa día sin que alguno de los clientes, especialmente los que van con intención de retirar fondos, pregunte por uno de estos créditos de interés interesante.

Más problemas digitales: Mariano Rajoy, tras el batacazo del helicóptero en el que acababa de despegar, resulta con un dedo fracturado. Leve lesión para quien salía del aparato con cara de haber perdido hasta el número del DNI en el percance. Por fortuna, don Mariano, está en la oposición, de forma que dispone de tiempo suficiente para rehabilitarse de su lesión antes de volver a ejercitar el dígito herido colocando a sobrinos de primos de cuñados de ahijados de vecinos de un compañero de partido. Los parientes, conocidos y allegados de la militancia pepera de Madrid pueden respirar tranquilos: los dedos de Espe resultaron ilesos en el mismo accidente.

Mala semana, digo, para los asuntos digitales, de la que no se salva ni… ni los monumentos naturales. El “dedo de Diós”, una curiosa formación petrea de Gran Canaria ha sido derribada por los céfiros de olímpicos embates sufridos en los últimos días en el archipiélago afortunado. Cosas de la erosión.

Mala semana en la cosa digital, insisto, entre otras cosas porque los dígitos que marcan las hipotecas de medio país se han movido en sentido ascendente. El Euribor comienza a escalar y, con él, cual pelotón perseguidor en la subida al Naranco, los tipos variables de las hipotecas. Jodido empieza a presentarse el nuevo año.

La verdadera lástima es que entre las tragedias digitales de esta semana no estuviera alguno de los de Carmen Caffarel, especialmente ese que ha provocado la vuelta a las parrillas del papá de Pepelu. Confiemos en que, en los próximos días, los dígitos de Mr. Share le devuelvan al lugar donde ha estado en los últimos años.
Nepión

3 comentarios:

Palabras Preñadas dijo...

Muy bueno.

José Moya dijo...

Espléndido. Es increíble que hayas conseguido recoger tantos ejemplos de que la cosa digital va mal.

Anónimo dijo...

Muy ingenioso, a eso lo llamo yo poner el dedo en la llaga.
Yo mismo