20.1.06

El pedido

Dramatis personae (en orden de aparición):
Crescencia: Mujer de mediana edad a la que sus encantos femeninos están a punto de abandonar, si es que no lo hicieron hace tiempo.
Leocadio: Dueño de un pequeño supermercado de alimentación.
Heriberto: Licenciado en Filología Griega y doctorando en Lingüística, que tiene la suerte de haber encontrado su primer empleo como mozo y reponedor del supermercado de don Leocadio.


Escena 1. Interior, día. Cocina de la casa de doña Crescencia.
Crescencia, en pie, habla por un teléfono de pared. En la otra mano sujeta un pequeño papel.

Crescencia: …de patatas. Sí, para freir. Y diez paquetes de leche… ¿Cuál tiene en oferta? que siempre tiene una en oferta, Leocadio,… ¿Iberia? ¡Ahhh! Ibera, sí la de siempre. ¿Y a cuanto sale? Pues sí. Esa misma me vale. Y me lo manda esta tarde… Prontito que tengo que salir… Si me da tiempo, luego paso yo por la tienda y se lo pago… Bueno, mañana, si no me diera tiempo. Gracias Leocadio.

…/…

Escena 2. Interior, día. Supermercado de don Leocadio
Leocadio, con bata blanca, en el interior del supermercado, coloca una bolsa de patatas en el interior de una gran cesta.

Leocadio: … y diez paquet… (alzando la voz) ¡¡¡HERIBERTOOOOO!!!

Heriberto sale de la trastienda.

Heriberto: Dígame, don Leocadio.

Leocadio: Coge una caja de leche Ibera, la metes en esta cesta y se la subes a doña Crescencia. Y date prisa que hay que llevar más pedidos.

Heriberto: ¿Entera o desnatada, don Leocadio?

Leocadio: Entera, entera. Doña Crescencia siempre la quiere entera. (En un susurro.) ¡Qué gusto, trabajar con gente educada!

Heriberto toma el paquete de leche, lo coloca en la cesta y, cargando ésta con ambas manos, sale por la puerta.

…/…

Escena 3. Interior, día. Escalera de la casa de doña Crescencia.

Heriberto sube los dós últimos escalones, deposita la caja junto a la puerta y pulsa el timbre.

Crescencia: (Desde el interior.) ¿Quién es?

Heriberto: Del supermercado, le traigo su pedido.

Crescencia: (Abriendo la puerta.) Ay, pasa hijo. Que una ya no se puede fiar. Que están las cosas como para abrir la puerta sin asegurarse.

Heriberto: (Cogiendo la cesta.) No se preocupe, señora, es lógico.

Crescencia: El otro día, mismamente, me contaron que a una vecina de una amiga de mi hija le quitaron… (Gritando) ¡¡¡¿PERO QUÉ ES ESTOOOO?!!!! (toma e la mano uno de los paquetes de leche).

Heriberto: (Bastante asombrado) Pues un paquete de leche…

Crescencia: (Dando voces.) ¡¡¡¿Y QUÉ LECHES ES ESTA LECHE? ¿QUIÉN HA PEDIDO ESTA LECHE?!!! ¡¡¡MIRA, TE COGES LA LECHE, LA CESTA Y LE DICES A LEOCADIO QUE SE LO META TODO POR DONDE AMARGAN LOS PEPINOS!!! ¡¡¡Y QUE VOY A LLAMAR AHORA MISMO A LA POLICIA!!!


Telón

……………….

¿Extraño? Cosas parecidas me pasan varias veces al día.
Nepión

12 comentarios:

Azena dijo...

¿¿¿???

Eme Navarro dijo...

No sé quien eres pero me has invitado por email.

Cojonudo muy bien. Te visitaré.
Yo solo tengo videos y canciones de mi banda.

Un abrazo

Anónimo dijo...

¿¿¿??? yo también

Anónimo dijo...

Además de spammer, cobarde.

Por borrar el comentario y por no dar la cara. Y por niñato.

Tú lo has querido nepion252@gmail.com. Remito tus correos a la Agencia de Protección de Datos (el spam ya es delito en España) y a Google España (Blogger y Gmail).

A pasarlo bien.

Nepión dijo...

A Azena y cuantos otros, de diversas maneras y formas me han formulado la misma pregunta:

Un amigo y colaborador de Nepionadas, con bastante frecuencia, me remite un correo con diversas direcciones de correo electrónico. Los dos primeros que me envío, procedentes de su propia carpeta de contactos, los restantes, me dice, con otras sacadas de diversos bloges y páginas personales en las que el autor (o autora), de forma totalmente voluntaria, hace pública su dirección de correo electrónico. Las más de las veces, incluso (según he podido comprobar personalmente), bajo una etiqueta imperativa que reza: "escríbeme". Estas direcciones reciben un correo en el que se les informa que alguien que conoce su dirección le ha suscrito a las actualizaciones de esta página y, se les informa de la forma en la que se puede cancelar dicha suscripción. Algunos, siguiendo las instrucciones, me comunican que no desean seguir recibiendo esas notificaciones y, de inmediato, sus direcciones son eliminadas de las listas de correo.
Sin embargo, de vez en vez, aparece un usuario anónimo (como el del cuarto comentario de este artículo), que, sin identificarse en forma alguna, exige no recibir más mensajes (ya me explicará cómo pretende que adivine su identidad entre más de 2.000 suscriptores), pretende insultar (por cierto, gracias por lo de “niñato”, cuando se llega a mi edad, uno agradece que le quiten años), y amenaza con denuncias ante las autoridades por recibir un máximo de CINCO O SEIS correos en una SEMANA (yo, HOY, “solamente” he recibido más de VEINTE, y en ninguno aparece su nombre o dirección, aunque algo me dice que todos proceden del mismo destino, probablemente porque todos tienen el mismo texto).


Gracias usuario anónimo de las 18:23 por servirme de ejemplo para explicar el texto de hoy. Desde hoy, dado que no conozco tu nombre, te llamaré Crescencia.

Azena dijo...

en ningún momento me he quejado por recibir tus correos. sé perfectamente que me puedo borrar cuando se me antoje. da la casualidad de que me encanta como escribes. mis interrogantes no hacían más que mostrar mi asombro ante lo extraño de la situación. si te parecen tonterías, no te preocupes, aquí tienes una lectora menos. si ha sido un malentendido, espero tus disculpas.

Nepión dijo...

A azena:
Mil perdones, porque de tus palabras deduzco que no he sido claro en mi comentario. Por supuesto que cuando hablo de tonterias, no me refiero a tus comentarios,
Simplemente utilizo tu nombre en el encabezamiento de mi respuesta por ser una de las primeras firmantes de los comentarios. Entendí que con tus interrogantes pedías una explicación a un post un tanto extraño como es la pequeña dramatizacion. Como tampoco eras la única que utilizaba los interrogantes, me decidí a escribir mi aclaración. Si en algún momente has pensado que me refería a ti, o a cualquier otro de los lectores, será que no me he explicado correctamente. El único objetivo de ese post era mostrar lo absurdo de una situación de un personaje (Crescencia, nombre evidentemente ficticio) que luego de hacer un pedido concreto, se pone como una energúimena cuando le sirven lo que había pedido. Situación absurda, a todas luces, tanto como la de las personas que hacen pública su dirección de correo electrónico para luego insultar y amenazar con dar parte a las autoridades por recibir un mensaje. Insisto, no es tu caso ni el de la mayoría de los lectores, pero no deja de ser una situación absurda, curiosa de comentar.

Anónimo dijo...

La anónima 3 de las 11:41 soy yo. Perdónnnnn.

Nepión dijo...

a Poqui,

Mi comentario a "Crescencia" se refiere al anónimo de las 18:23. Ese que me insulta y amenaza. Tanto tú, como aquellos que no quieren o pueden dejar su identidad son bienvenidos en estas páginas. Siempre y cuando no se insulte, ni a mi ni al resto de los lectores

Santi Palillo dijo...

Recibí en su día uno de esos correos invitación que se comentan, a pesar de que te escribí pidiendo no recibirlos más - petición que has atendido - incluí en Favoritos este blog para visitarlo de vez en cuando porque me parece interesante.

Es cierto que en el perfil de mi blog indico un buzón específico de contacto pero, evidentemente, no es para recibir invitaciones programadas desde otras páginas sino para que los lectores que lo deseen puedan ponerse en contacto conmigo para comentar lo que les parezca sobre el blog.

Creo que la política recolectora de tu amigo y colaborador no es apropiada y deberías modificarla, el hecho de poner un buzón de contacto no puede ser interpretado del modo que tú defiendes.

Por lo demás, sigue siendo un blog interesante, al menos para mi gusto.

Nepión dijo...

A Santi Palillo:

Gracias por la visita, y el comentario.

Anónimo dijo...

Coincido con Santi, esa no es manera de usar los emails que ponemos en las páginas.