2.1.06

Pasivo

El autor de la presente, sintiéndose desprotegido por las diversas y multiformes autoridades (sanitarias, sociales, policiales, civiles, políticas, militares, eclesiásticas, vecinales, familiares, televisivas, judiciales, arbitrales, laborales, ) que en España son, quiere denunciar su condición de:

Guarro pasivo, afectado por cuantos ciudadanos circundantes renuncian, bien de forma voluntaria u obligados por las circunstancias, a su higiene diaria.

Sordo pásivo, obligado a escuchar en contra de mi voluntad, las televisiones de mis vecinos, el bacalao de la radio del coche que se para en el semáforo, y los villancicos de la tienda de alimentación de la esquina.

Cojo pasivo, hastiado de tener que dar, día sí, dia también, vueltas y vueltas para poder entrar o salir de mi humilde morada por mor de las sempiternas y continuas aperturas de zanjas y agujeros en mi calle.

Perfumado pasivo, hastiado de soportar excesos en los efluvios aromáticos de quienes carentes de educación olfativa, se rocían en exceso de colonias, perfumes, lociones, y demás afeites aromáticos y persisten en inundar de su pestilencia recintos cerrados. En esta categoría ha de incluirse a cuantos abusadores de ambientadores, bien en aerosol, bien en pastilla, contaminan el aire común.

Gordo pasivo, a quien el exceso de masa corporal de cuantos le circundan, especialmente cuando se dan grandes aglomeraciones de ciudadanos, le hurta el mínimo espacio necesario para preservar la propia intimidad.

Ignorante pasivo, al que indocumentados como Belén Esteban, Enrique del Pozo, Rocío Carrasco, Ramoncín o tantos otros pretenden influir con sus opiniones sobre lo divino y lo humano.

Borracho pasivo, saturado de presenciar impúberes alcoholizados abandonados entre vómitos por sus compañeros de farra.

Idiota pasivo, cada vez que, en públicos transportes o, simplemente, paseando por las calles, escucha conversaciones en las que los convecinos comentan las últimas hazañas de los concursantes de Gran Hermano.

Enfermo pasivo, al ser, innecesariamente partícipe de cuantos males aquejan a la señora que espera su turno para entrar en la consulta del ambulatorio.

Exhibicionista pasivo, que las más de las noches a regresar a casa ha de ver como, ante la inexistencia de urinarios públicos, diversos ciudadanos, en su mayoría pertenecientes al genero masculino, miccionan junto a árboles, contenedores o tapias sin tener cadena de la que tirar al finalizar su antihigiénica acción.

Extranjero pasivo, obligado (éticamente) a dar cuantas explicaciones sean menester para que el visitante foráneo sea capaz de llegar a su hotel sin dar más rodeos que los estrictamente necesarios para visitar algun lugar de verdadero interés.

Ciscado pasivo, pisador de las heces abandonadas por cuantos dueños y paseadores de canes olvidan los excrementos en las aceras.

Acatarrado pasivo, obligado a respirar los bacilos y microbios expelidos por cuantos tosen o estornudan sin llevarse una mano a la boca.

Pirateado pasivo, al que por el mero hecho de adquirir un disco en el que recopilar las fotos por mí realizadas, o las anotaciones por mí escritas, se le cobra un equis por ciento para pagar los derechos de autor a unos idem que, ni de lejos, aparecerán jamás en mis discos.

Alcalde pasivo, sometido a la penosa gestión del responsable de los dineros municipales. Gestión que ha endeudado mi ciudad en 1.700 millones de Euros desde la toma de posesión de Gallardonofis I y sus acólitos.

Por todo lo cual, exijo de cuantas atoridades sean -estén entre las suprascritas o no-, (puesto que las más de ellas lo son por obra de cuantos peculios salen de mi bolsillo en forma de impuestos, cánones, tasas, gravámenes o similares)­‑ articulen las medidas necesarias para sacarme de tanta pasividad con la misma diligencia y dureza que han puesto en la protección de los fumadores pasivos.
Nepión

4 comentarios:

juank sinclair fantoba dijo...

Grande, lo de Gallardonofis I. El caso es que no dejo de imaginarme, a su lado, a Ana botella de perfil y con la cabeza de un perro. Esas cosas que pasan.

José Moya dijo...

Suscribo la moción. Item más añado que me siento publicitado pasivo, radioescucha pasivo, telespectador pasivo, contribuyente pasivo y definitivamente gilipollas activo.

Anónimo dijo...

No lloriqueéis. Uníos a la Resistencia Activa (lo que no quita poder mantenerse en el rollito pasivo según los gustos sexuales de cada cual). Resiste o rebota:
1.- Los desperdicios mejor al suelo que a la papelera, no permitas que tu esfuerzo les favorezca en su desgobierno.
2.- De reciclar, nada. Que nos paguen si quieren que les demos los materiales separados. Todo junto a la basura.
3.- Las tasas que las pague su santa madre: intenta evitar usar el coche, y si es posible matriculalo en otro municipio.
4.- Internet como herramienta: Pide siempre telemáticamente duplicados de todos los recibos que tengas que pagar, tantos como puedas a base de clicks (¿cien? ¿mil? ¿cien mil?) A nosotros nos sale gratis, ellos que se jodan...
5.- Cámbiate de empadronamiento dentro de tu mismo municipio entre dos distintos domicilios, como mínimo una vez al mes... ¡Que se jodan! ¡Que Trabajen!
6.- No cedas el paso a ningún coche oficial. Si lo tienes a todo riesgo, incluso ciérrales el paso.
7.- Mira en www.munimadrid.es y consigue recopilar los teléfonos fijos de las distintas dependencias municipales, en especial los de los gabinetes de prensa. Llama cada vez que puedas desde una cabina, cagándote en la puta madre de...
8.- Háblale a todo el mundo que conozcas mal de Madrid, diles que no vengan, que eviten acercarse, que sus políticos son... ya sabes.
9.- Jamás pongas Telemadrid.
10.- Entra en la blogosfera y en los foros y pon a parir a los políticos de Madrid, personal y profesionalmente. Escribe en foros europeos denunciando las obras de Madrid, especialmente la M-30. Escribe al defensor del pueblo para que te proteja de la deuda galopante de Madrid... Como hago yo!!

Ignacio . dijo...

¡¿Entre cuál me encuentro yo?!