17.9.05

Mi venia

De cuando en vez leo y oigo magnos alegatos en defensa de la pureza idiomática. Quéjanse sesudas mentes, agudas plumas y egregias voces de las contínuas agresiones que sufre el nuestro habla en forma de barbarismos, anglicismos, galicismos, esnobismos, modernismos y otrosismos que, por consuetudum, vanse introduciendo e inducen al uso y abuso de nuevos "palabros", en detrimento de vocablos antaño habituales en el cotidiano lenguaje.
Claman academicos numerarios* y aspirantes por la proliferación de títulos anglófonos en las carteleras cinematográficas. Vociferan los puristas acérrimos ante los nombres comerciales de tanta y tanta tienda franquiciada, que aunque de titularidad carpetovetónica al ciento por ciento, se bautizan de apelativo extraño. Si al atuendo se dedica el negocio, italiano ha de ser el patronímico. Si es de comida rápida la expendeduría, debe parecer gringo.
Hoy, incluso, algunos hasta estamos dispuestos a polemizar hasta la saciedad con el resto de la sociedad, del país o la nación, sobre la forma correcta de expresar los topónimos de las zonas españolas con más de una lengua oficial. Debate que sé perdido por mor de la alta política (yo te apoyo y tú me das). Con todo y más respeto del que pueda alcanzar, defenderé mi derecho a seguir parlando o escribiendo de La Coruña, Lérida, Gerona, Fuenterrabía, Orense o Guecho, del mismo modo que me refiero a Londres (London), Nueva York (New York), Pekín (Bei-jing), o Mastrique (Maastricht).
Pláceme sumo que cada cual defienda su lengua propia, materna o paterna, que la cuide, la mime y la propague, como una de las más grandes heredades recibidas. Envidio, reconozco, la posibilidad del bilinguismo. Adoro la sonoridad de las muchas hablas hispanas. Empero, bastante tengo con aprender cada día castellano. Que cada quién use la lengua como quiera o le peta, y entre ese cada quién permítaseme estar tambien a mí.
Déjeseme defender mi venia de utilizar el idioma de mis ancestros, sin más limitaciones que las impuestas por la semántica, la gramática y la ortografía castellanas.
Nepión
*¿Por qué esta incoherente denominación, si sus sillones no están numerados? ¿No sería más acorde denominarlos académicos "letrarios"?

No hay comentarios: