Usted, amable lector, es una buena persona. Usted es fiel pagador de los impuestos que le corresponden; prudente conductor y buen vecino, incapaz de negar una taza de azucar a quien se lo pidiere.
Usted, lector amigo, es un buen ciudadano, que vota cuando le toca, que se manifiesta por las causas justas, que acude, solidario, cuando las desgracias lejanas se lo solicitan; que viaja por vacaciones y en los puentes de guardar. Usted, amable lector, como la gran mayoría de las personas que le rodean, es una buena persona y no se merece, en absoluto, que le hagamos lo que hacemos quienes nos dedicamos a esto de contarle las cosas que pasan por nuestro rededor.
Usted compra una revista o un diario o escucha una radio o ve una televisión esperando que le contemos qué cosas han pasado y dónde. Usted, en resumen, consume información, pensando que quienes estamos del lado de acá, cuando le contemos esas cosas, le vamos a contar la verdad, toda la verdad, sólo la verdad. Única. Mayestática.
Nosotros pretendemos que usted ignore que, normalmente, escribimos mucho de lo que apenas sabemos nada. Pretendemos camuflarle como informacion veraz y fidedigna, lo que no son más que intentos para que una empresa poderosa nos pase unos pocos dineros por hacerles publicidad.
Le contamos y alabamos el balance positivo de Hidroagrarias del Noroeste S.L., porque nos han invitado a un suculento desayuno. Somos capaces de jurar que el archipiélago de las Comores el mejor lugar del mundo para pasar las vacaciones, sólo porque su oficina de turismo nos ha llevado allí tres días con todos los gastos pagados (en ocasiones, hasta los inconfesables incluídos). Le recomendamos el último estreno américano, porque en la fiesta para la prensa, las copas no eran de garrafón. Le sugerimos que lea unos libros, tan sólo porque a nosotros nos los han mandado a la redacción, (pero yo fui incapaz de pasar de la página diecisiete) o porque el autor es un tío pesado que no para de llamar por teléfono día sí, día tambien y, lo mismo, se le ocurre presentarse aquí mañana.
Estamos dispuestos a pagar una buena purrela de euritos al ex de la modelo de turno por contar de qué color le gustan las sábanas a su pretérita (como si a ella le gustaran las sábanas de un color determinado), sólo porque sabemos venderlo como una gran exclusiva. Pero usted, lector inteligente, sabe de nuestro juego, y nosotros sabemos que usted lo sabe. También sabemos que ninguno de los dos va a romper el juego, porque usted sabe que, si nosotros algo sabemos hacer, es entretenerle. Entreténgase con nosotros que no sabemos hacer otra cosa. Compre y lea revistas y periódicos, escuche la radio y la tele pero, por favor, no se olvide nunca que esto es un juego.
Usted, lector amigo, es un buen ciudadano, que vota cuando le toca, que se manifiesta por las causas justas, que acude, solidario, cuando las desgracias lejanas se lo solicitan; que viaja por vacaciones y en los puentes de guardar. Usted, amable lector, como la gran mayoría de las personas que le rodean, es una buena persona y no se merece, en absoluto, que le hagamos lo que hacemos quienes nos dedicamos a esto de contarle las cosas que pasan por nuestro rededor.
Usted compra una revista o un diario o escucha una radio o ve una televisión esperando que le contemos qué cosas han pasado y dónde. Usted, en resumen, consume información, pensando que quienes estamos del lado de acá, cuando le contemos esas cosas, le vamos a contar la verdad, toda la verdad, sólo la verdad. Única. Mayestática.
Nosotros pretendemos que usted ignore que, normalmente, escribimos mucho de lo que apenas sabemos nada. Pretendemos camuflarle como informacion veraz y fidedigna, lo que no son más que intentos para que una empresa poderosa nos pase unos pocos dineros por hacerles publicidad.
Le contamos y alabamos el balance positivo de Hidroagrarias del Noroeste S.L., porque nos han invitado a un suculento desayuno. Somos capaces de jurar que el archipiélago de las Comores el mejor lugar del mundo para pasar las vacaciones, sólo porque su oficina de turismo nos ha llevado allí tres días con todos los gastos pagados (en ocasiones, hasta los inconfesables incluídos). Le recomendamos el último estreno américano, porque en la fiesta para la prensa, las copas no eran de garrafón. Le sugerimos que lea unos libros, tan sólo porque a nosotros nos los han mandado a la redacción, (pero yo fui incapaz de pasar de la página diecisiete) o porque el autor es un tío pesado que no para de llamar por teléfono día sí, día tambien y, lo mismo, se le ocurre presentarse aquí mañana.
Estamos dispuestos a pagar una buena purrela de euritos al ex de la modelo de turno por contar de qué color le gustan las sábanas a su pretérita (como si a ella le gustaran las sábanas de un color determinado), sólo porque sabemos venderlo como una gran exclusiva. Pero usted, lector inteligente, sabe de nuestro juego, y nosotros sabemos que usted lo sabe. También sabemos que ninguno de los dos va a romper el juego, porque usted sabe que, si nosotros algo sabemos hacer, es entretenerle. Entreténgase con nosotros que no sabemos hacer otra cosa. Compre y lea revistas y periódicos, escuche la radio y la tele pero, por favor, no se olvide nunca que esto es un juego.
Nepión
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