Ahora que ya nos hemos desembarazado de Leonor (¿dónde se han metido los pitonisos, nigromantes, agoreros, adivinadores, augures, fuentes bien informadas y demas ralea que durante meses profetizaron un niño?) se me vienen a la neurona multiplicidad de dudas para las que no encuentro respuesta. A saber:
¿Nos tenemos que creer que “sólo” se va a llamar Leonor? Es cierto que al que toda la nación conocemos como Froilán, sus papás le llaman Felipe, pero me juego medio sueldo (je-je, como no tengo de esto) a que a la neonata le ponen una pila de nombres de pila. Voto por Cesárea.
¿Quién paga la cuenta de la clínica privada donde ha sido alumbrada Cesárea Leonor? Porque la clínica Ruber no pertenece ni al ISFAS (el seguro de papá), ni está concertada con la Asociación de la Prensa (el de mamá), ni a la SS.
El hecho de haber elegido una clínica privada, ¿tiene algo que ver con la gestión de la sanidad pública por parte de los chicos de Espe?
¿Por qué no se puede discriminar a las féminas nacidas en el siglo XXI y sí a las nacidas en el anterior? ¡Hay que cambiar la Constitución! -claman hoy todos los vocingleros- aludiendo que Cesárea ha de ser la heredera y olvidando, ¿inconscientemente?, que el primer vástago de los actuales reyes es una hembra y que puestos a proclamar la igualdad de los sexos, en puridad, se podría nombrar heredera a Elena. ¿O es que hay otras razones, colita aparte, que la inhabiliten para el cargo?
Puestos a cambiar las leyes ¿por qué no empezar con los artículos 1º.2 y 1º.3 del RD 1368/1987, de 6 de noviembre, para que los consortes, sea cual sea el sexo del monarca, reciban la misma denominación?
Hablando de modificaciones de las leyes, ¿hemos de creer en la casualidad de que el natalicio se haya adelantado a justamente dos días antes de que se inicie el trámite del Estatuto de Cataluña. ¿No sería ésta una de las ocho fórmulas mágicas del Presidente?
Para terminar, y releyendo lo escrito: y a mi, ¿qué cóño me importa?
¿Nos tenemos que creer que “sólo” se va a llamar Leonor? Es cierto que al que toda la nación conocemos como Froilán, sus papás le llaman Felipe, pero me juego medio sueldo (je-je, como no tengo de esto) a que a la neonata le ponen una pila de nombres de pila. Voto por Cesárea.
¿Quién paga la cuenta de la clínica privada donde ha sido alumbrada Cesárea Leonor? Porque la clínica Ruber no pertenece ni al ISFAS (el seguro de papá), ni está concertada con la Asociación de la Prensa (el de mamá), ni a la SS.
El hecho de haber elegido una clínica privada, ¿tiene algo que ver con la gestión de la sanidad pública por parte de los chicos de Espe?
¿Por qué no se puede discriminar a las féminas nacidas en el siglo XXI y sí a las nacidas en el anterior? ¡Hay que cambiar la Constitución! -claman hoy todos los vocingleros- aludiendo que Cesárea ha de ser la heredera y olvidando, ¿inconscientemente?, que el primer vástago de los actuales reyes es una hembra y que puestos a proclamar la igualdad de los sexos, en puridad, se podría nombrar heredera a Elena. ¿O es que hay otras razones, colita aparte, que la inhabiliten para el cargo?
Puestos a cambiar las leyes ¿por qué no empezar con los artículos 1º.2 y 1º.3 del RD 1368/1987, de 6 de noviembre, para que los consortes, sea cual sea el sexo del monarca, reciban la misma denominación?
Hablando de modificaciones de las leyes, ¿hemos de creer en la casualidad de que el natalicio se haya adelantado a justamente dos días antes de que se inicie el trámite del Estatuto de Cataluña. ¿No sería ésta una de las ocho fórmulas mágicas del Presidente?
Para terminar, y releyendo lo escrito: y a mi, ¿qué cóño me importa?
Nepión
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